Un recuerdo y un regalo de cumpleaños
Mi primera visita a Los Fortines del Ávila
ocurrió un 14 de agosto de 2011. Unas pocas líneas logré esbozar a los pocos días, pero el entusiasmo se
concentró en elaborar un vídeo a partir de las imágenes recogidas con mi cámara
fotográfica y el apoyo de las herramientas tecnológicas que conocía para el
momento. El resultado quedó incorporado en YouTube.com el 18 de agosto de ese
mismo año.
Las líneas esbozadas quedaron en el tintero
de una página de archivo en mi computadora. A pesar que en contadas ocasiones
tuve la intención de retomar la idea de “darle unos toques” y hacer un texto
“corto”. Solo dos años después, con mi
decisión de abrir un nuevo Blog para asuntos “no académicos” ni profesionales, y en un energético vuelo de lechuza …
logré completar el proceso. Este
es mi regalo de cumpleaños!
La Ruta “Los Fortines del Ávila … al atardecer” es un recorrido
ecopatrimonial organizado por FUNDHEA; una experiencia
que permite tener otras ‘miradas’ sobre
un camino real o El Camino de los Españoles entre Caracas y el litoral del
Estado Vargas. En esta ruta podemos ver a
Caracas en su vertiente norte desde nuestro Ávila, lo cual me hace recordar
aquella maravillosa descripción que
hiciera Juan Antonio Pérez Bonalde (1846-1892) en su obra ‘Vuelta a la Patria’: “Odalisca
rendida a los pies del Sultán enamorado”.
Ese sultán que toda mi vida he conocido
como Parque Nacional el Ávila, oficialmente le han cambiado el nombre por ParqueNacional Waraira Repano (07 de mayo de 2011). Comprendo las dinámicas de cambio
pero mi imaginario sigue instalado en el nombre Ávila. En fin, eso es harina de
otro costal.
Volviendo a la ruta Fundhea; subir a Los
Fortines es una experiencia combinada entre carro rústico y caminata. Nos permite
conocer parte de la ruta viviente y la ruta histórica que tiene como punto de
encuentro y partida la Plaza La Pastora, pasar por la Puerta de Caracas,
visitar y conocer una huerta en Hoyo de la Cumbre, y llegar hasta los restos de
Los Fortines españoles de la vertiente norte en el Ávila donde se pueden tener
varias vistas panorámicas de Caracas y disfrutar de un maravilloso
atardecer. Algunas paradas adicionales
se cuelan para respirar, observar la naturaleza y ver a Caracas desde distintos
ángulos.
Es un tipo de turismo no tradicional donde
se conocer un poco de la realidad de zonas cercanas a Caracas, apreciar el
suelo y la labor agrícola, la importancia de la educación ambiental, el estado
de la carretera, entre tantos otros aspectos. Al mismo tiempo, para cada grupo
que participa en los recorridos, es una manera de multiplicar una conciencia sobre
hechos históricos, sobre el valor patrimonial, algunas de las tradiciones. Al
mismo tiempo se crean relaciones sociales, comunidad de intereses, amistades.
En fin, ganancia en bienestar.
El premio mayor de este paseo es llegar a
Los Fortines y poder disfrutar de un atardecer! Lo máximo! Cargarse de energía,
disfrutar de la doble imagen que nos brinda el Ávila: Caracas al Sur y La
Guayra al Norte; la caída del sol entre nubes que van colando una gama de colores
que le dan otro sentido a la llegada de la noche. En ocasiones puede estar
lluvioso o muy nublado. Mi fortuna: haber podido disfrutar de esos bellos
atardeceres, donde se combinan montaña y
mar.
En mis ‘sentires y saberes’ de haber
repetido esta ruta, cada una con gratos recuerdos, me atrevo a decir que no es excursionismo ni turismo de aventura, ya que tanto niños,
jóvenes adultos pueden participar. Una mínima condición física para caminar y
subir o bajar algunos de los caminos que llevan a Los Fortines. Los guías, la
disponibilidad de un Guías y un Paramédico, la asistencia del guarda-parques,
refuerzan la confianza en caso de alguna contingencia.
Hay una
“regla de oro” del Parque en la que insisto frente a los hábitos urbanos de
llevar algún “recuerdito”. Nos toca revisar y reprogramar nuestros hábitos: No
podemos ni debemos traernos nada tangible de la montaña (excepto la basura que
generemos). Sobre lo que no hay restricción es la hermosura del lugar: la
visita, caminata y recorrido con tus propios ojos y demás sentidos es el mejor
recuerdo. Pero, si hay la posibilidad de un cómplice: el lente sencillo o
sofisticado de un dispositivo móvil, una cámara fotográfica o de video que
capture las imágenes. No lo olviden! Les puede servir para sus propias crónicas de viaje y bitácoras
Me alegra haber podido completar el ciclo,
dejando esta ‘bolsita’ de energía de bienestar
en unos párrafos, en un video y en una mezcla de imágenes. Son muchos los detalles, anécdotas que
podrían incorporarse en este texto pero hay que dejar algo “en el tintero” de
sentires y saberes.
Vale la pena!
Colofón:
Fundhea me ha permitido incorporarme de manera amplia y flexible a un
espacio para aportar y recibir en calidad humana, y sobretodo compartir recorridos e
inquietudes sobre por el patrimonio, la historia y cultura. Gracias a mi colega
UCVista y amiga Beatriz Guevara por su madrinazgo para la primera ruta, gracias
a Derbys López por su constancia en el
liderazgo y gracias a todo el equipo de
trabajo. Si se me olvidó mencionar a alguien saben que no es por falta de
cariño. Gracias!